domingo, 1 de febrero de 2009

El cosmos abrazó a más de cinco mil personas

Las estrellas acudieron puntuales a la cita y se convirtieron en el más grande espectáculo de la noche.

El Informador
E. PACHECO

* Noche de estrellas en Atemajac

Los mares de la luna, los anillos de Saturno, las galaxias y más se pudo apreciar en La Noche de las Estrellas

GUADALAJARA, JALISCO.- Envueltos en el cielo perforado por estelas plateadas, más de cinco mil personas quedaron frías con La Noche de las Estrellas. Frías por los aires de bajas temperaturas del bosque. Y fríos por explorar los mares de la luna o los anillos de Saturno a través de aproximadamente 40 telescopios de aficionados e investigadores que asistieron al predio La Loma (Atemajac de Brizuela, Jalisco), quienes le "bajaron las estrellas" a los visitantes. -actividad realizada en todo el país, el sábado 31, de 19:00 horas en adelante-.

Con cobijas cuadradas y ropas robustas para defender las pieles del clima nocturno, los ansiosos por esculcar el cosmos esperaron hasta dos horas para realizar el tour, pues recibieron a casi el triple de personas que esperaban los académicos del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara y del Grupo Orión, en esta Noche de las Estrellas, realizada en todo el país simultáneamente para arrancar el Año Internacional de la Astronomía, que festeja el 400 aniversario de que Galileo Galileo apuntó por primera vez al cielo con un telescopio y el 70 aniversario del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

La primera estación: La luna -"se derrite como el queso, gritaban que la veían". Ahí inició el recorrido para la observación sideral a simple vista, que más adelante -a través de los telescopios- asomaba los cráteres, los mares que son "como desiertos" y los volcanes, "que se ven como montañas", explicó Bernardino, uno de los guías aficionados a los astros.

Antes de que la luz de la luna se disolviera, Bernardino comentó que ésta se encontraba en su fase creciente, "fácil de identificar porque se le ponen los cuernos para arriba. Cuando los cuernos están para abajo, es luna menguante…, los cuernos así (pone su mano sobre su cabeza) son otra cosa, eh!!!".

El recorrido continuó con las siete hermanas o siete cabrillas, que es un cúmulo abierto, "es una estrella roja, no es Marte". De ahí hacia una "V" de estrellas, que forman un cuerno, un puño y hasta delinear a Tauro. "Ahhhhhhhhh", gritaban los niños.

Más hacia la izquierda, los Reyes Magos o la Constelación de Orión, que son estrellas muy grandes. "Ahí está el cinturón, la espada que, cuando la vean en telescopio, verán que no es una nube, es una nebulosa -estrella que hace millones de años explotó y en la que todavía hay adentro estrellas-", contaba Bernardino.

Las miradas seguían en forma circular hasta llegar a la galaxia de Andrómeda -atractiva por su luminosidad, las estrellas que están dentro en formación y las zonas de contraste, obscuras y brillantes-, los aros de Saturno, la estrella polar, la luz de los astros en sus diferentes colores, la Constelación del Can Mayor, la Osa Mayor y la Osa Menor, para terminar de telescopio en telescopio observando cada objeto en particular.

Paralelamente hubo talleres del calendario maya, espectáculos musicales prehispánicos, proyecciones audiovisuales y talleres de astrofotografía. Durante toda la noche hubo flujo de personas, quienes aguantaron tranquilamente lo helado de la noche con tal de observar, probablemente por primera vez, lo "diminuto del ser humano" ante la caja celeste.

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