martes, 3 de febrero de 2009

La Jornada Aguascalientes

Martes, 03 de febrero de 2009

La Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) sólo espera la aprobación y entrega de un presupuesto federal para iniciar la construcción de un observatorio que vendrá a ser apoyo para una de las ciencias más antiguas e importantes como es la astronomía. El proyecto está listo, ya se tiene un espacio destinado para este fin y ahora sólo falta el dinero, aseguró Rafael Urzúa, rector de la UAA.
La universidad, en este afán de promover y apoyar las iniciativas de la ciencia y la cultura, participó en La Noche de las Estrellas -parte del festejo del Año Internacional de la Astronomía- con actividades culturales, como fue la exposición de telescopios y libros antiguos relacionados con esta área del conocimiento.
En el marco de esta celebración, el rector de la universidad comentó que, desde hace un tiempo la institución estructuró un proyecto para la construcción de un observatorio que vendría a ser un centro de promoción muy importante para las nuevas generaciones, tanto los jóvenes como los niños, así como los investigadores que quieran desarrollar algunos proyectos en esta área.
Rafael Urzúa dijo que el recurso económico ha sido algo que ha faltado mucho en Aguascalientes para el impulso de proyectos científicos. “Muchas veces nos quejamos de que los niños no tienen inclinación por materias como las matemáticas, física, biología y astronomía; ésta última es de las ciencias más antiguas, incluso la primera que se constituyó como tal; sin embargo, si no existe una infraestructura adecuada, no hay manera de involucrar a esas nuevas generaciones”.
La existencia de un observatorio traería a Aguascalientes la posibilidad de encausar a jóvenes y niños en el estudio de los astros y a conocer toda la magia que hay alrededor del encuentro con el universo.
“La intención de la universidad es lograr que la bondad de estas ciencias estén en contacto directo con estas nuevas generaciones y que incluso a través de este acercamiento salgan nuevas vocaciones y personas interesadas en la investigación”.
El presupuesto que la universidad está esperando son 20 millones de pesos que la diputada federal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Lorena Martínez, les ofreció como parte de una gestión lograda al interior de su propio partido, como parte del presupuesto de egresos del 2009.
“Si nosotros tuviéramos el dinero ya habríamos empezado, pero no lo tenemos, así que estamos esperando esa partida para invertir 15 de los 20 millones en la construcción y apertura del observatorio”.
Agregó el rector que la institución ya cuenta con el proyecto conceptual y tienen la ubicación, que sería en la zona poniente, donde se está construyendo el área deportiva de la UAA.
“Estamos avanzando en detalles técnicos para tener ya avanzado el proyecto ejecutivo y que cuando llegue el dinero ya sólo sea cuestión de iniciar la construcción y sólo pensar en el equipamiento”.
Aunque el rector tiene fe en que verdaderamente les sean entregados los recursos, reconoció al mismo tiempo que sin el dinero, que es la “materia prima” principal para la construcción del observatorio, será imposible llevar a buen cauce el proyecto.
“Si nos liberan el dinero, lo cual yo no dudo que sea algo tangible, estaríamos terminando el proyecto ejecutivo en los próximos meses, para iniciar la construcción en el segundo semestre de 2009”.
Con la apertura de este observatorio vendrían a concretarse proyectos importantes que ya Sylvia Ríos Casanova, como miembro de la Sociedad Astronómica de Aguascalientes, había comentado en relación con el ámbito de la investigación astronómica.

31 de enero, movilización nacional

Que un hecho público tamaño nacional como La Noche de las Estrellas no haya sido el primer plano mediático no deja de ser un hecho trascendente digno de primera plana. Lo sucedido en 23 estados de la República el sábado 31 de enero pasado es un ejemplo de que las cosas en este país se pueden hacer de otra manera.

Unidos no como resultado de un llamado hueco al vacío sin haber zanjado previamente agravios; sino una unidad ante objetivos comunes puntales y hacer rendir eficientemente los parcos recursos de cada entidad u organización participante; gobiernos de los estados, del DF y sus dependencias de servicios; gobiernos municipales, instituciones educativas públicas y privadas, empresas. Fue una convocatoria prácticamente a nivel nacional, con sustento en un acuerdo de naciones representadas en al Organización de Naciones Unidas (ONU). El año de una astronomía nada abstracta, sino una ciencia esencial en la evolución de la especie en esta naturaleza, en este planeta del cosmos conocido, una ciencia en los cimientos de cualquier civilización.

Llevar a cabo evento de tal magnitud y haber podido convocar a los ciudadanos a tomar las calles con el noble propósito de mirar las estrellas como lo hicieron nuestros antepasados y lo hacen los astrofísicos y astrónomos amateurs (amantes); requirió de operación política, relaciones internacionales, seguridad pública, participación interinstitucional, gubernamental y privada, con orígenes en la diversidad ideológica; colaboración impulsada por la voluntad y convicción de hombres mujeres de todas las edades, formaciones, escolaridades. La Noche de las Estrellas fue una movilización ciudadana en su ejercicio de participación en asuntos públicos, en un proyecto educativo, cultural, artístico, histórico y festivo.

En el caso de la capital de la República, la Plaza de la Constitución, el emblemático Zócalo comenzó a llenarse de ciudadanos desde la temprana hora de la tarde, emblemático para la astronomía mexicana pues en el Palacio Nacional estuvo el primer observatorio astronómico.

El tema de “el cielo de nuestros antepasados” porque aún antes de los dogmas aristotélicos de la Iglesia ya sabían que el universo no es inamovible, que contrariamente, el conocimiento de esos aparentes movimientos celestes de relojería les permitió desarrollar civilizaciones como en Teotihuacan, Xochicalco, Monte Albán, Chichénitzá, Palenque, Uxmal y hoy tener una ciencia astronómica competitiva a escala internacional, pero sobre todo, muy generosa y hábil en su capacidad de convocatoria.

lunes, 2 de febrero de 2009

Todo un éxito resultó el evento realizado en la zona arqueológica de Cholula, al que llegaron más de 8 mil personas para ser parte de la magia del cielo.

TVAzteca Puebla
Lunes 2 de Febrero de 2009
Armando Alvarez.

Miles de personas observaron el cielo como pocas veces lo han hecho, mezclando la astronomía con la arqueología y el arte.

Fue la noche de las estrellas, teniendo como escenario la zona arqueológica de Cholula, el cielo contó su historia. Un evento organizado por el INAOE, el INAH y el Ayuntamiento de San Andrés Cholula, con el que se inician las actividades del año internacional de la astronomía.

“Ese es el mensaje ahora, es que todos volteen al cielo, que todos aprecien el cielo y que todos defiendan el cielo para que podamos seguirlo contemplando como lo hicieron nuestros antepasados”. Señaló Raúl Mújica García, coordinador del INAOE del año internacional de la astronomía.

Por su parte el alcalde de San Andrés Cholula, David Cuautli Jiménez, aseguró que la administración que encabeza esta muy interesada en promover la cultura y las artes, “Este tipo de eventos sin duda alguna despierta ese animo de los niños, de los adolescentes de la ciencia y en el conocimiento general del universo”.

Una noche mágica, clara y despejada permitió a miles de personas sumergirse en la vía láctea, observar las estrellas a simple vista ó con la ayuda de telescopios apreciar la luna creciente y sus cráteres, además de las constelaciones ó las nebulosas, lo mismo que Sirio, Orión y Venus, que en ocasiones se confunde con una estrella, así lo señaló Raúl Mújica, “Venus generalmente es confundido con una estrella, si, es el lucero del atardecer ó el del amanecer, pues sabemos que es un planeta que es muy brillante porque esta muy cerca y les explicamos que también tiene fases igual que la luna, más tarde esta apareciendo Orión, esta aquí arriba Orión y en Orión lo que llamamos normalmente los 3 reyes magos es el cinturón de Orión”.

Y mientras los astrónomos explicaban la formación del cielo, un grupo de actores narraban los legendarios mitos de la formación del cosmos.

Además hubo más de 20 talleres para realizar radiotelescopios, figuras geométricas y móviles de planetas y constelaciones.

La noche de las estrellas rebasó por mucho las expectativas, pues aunque solo se dieron 2,400 boletos llegaron más de 8 mil personas, por lo que hubo que adaptar otra zona para que todos pudieran observar el firmamento.

El arte y la cultura también se hicieron presentes con obras de teatro, pantomima, pianistas, ballet folclórico y otras presentaciones.

Los próximos eventos en Puebla serán el 14 de febrero en el INAOE, en Tonanzintla y el 27 en el Complejo Cultural Universitario.

Periódico Digital
Yvonn Márquez
lunes, 02 de febrero de 2009

La noche, ceñida por una tira de creciente luz lunar, se llenó de ojos que observaron maravillados los secretos estelares. Con poesía, danza, relatos y performance interpretados por jóvenes y profesores del Centro Cultural La Libertad, de Apizaco, los casi cinco mil asistentes a la zona arqueológica de Xochitecatl, Tlaxcala, disfrutaron de un espectáculo de ciencia y poesía que dio inicio a los festejos del Año Internacional de Astronomía.

Con un escenario en penumbra, pero que reflejó con claridad la magnificencia de la cultura prehispánica que se asentó y desarrolló en el sitio, unas cinco mil personas abarrotaron el lugar e hicieron largas filas para poder contemplar a través de la decena de telescopios que se instalaron, tan sólo por unos instantes, los cuerpos celestes que habitan la noche. Todo, desarrollado en un ambiente armónico y con ánimo de aprender y descubrir por parte de los asistentes.

La gente se mostró maravillada por ver la textura de la Luna o lo brillantes que son las estrellas a través de un telescopio, bisnieto de aquel rústico objeto que Galileo Galilei utilizó allá por 1609 y que le sirvió para observar las fases de Venus y para comprender que el Sol no es cortejante de la Tierra, creencia que la inmensa mayoría de la gente de ese entonces tenía del astro dorado, sino más bien que los planetas ejecutan eternamente una hermosa danza alrededor de él.

Por un instante, en medio de la oscuridad reveladora, personas de todas las edades se dejaron envolver por las historias de tiempos ancestrales, y vieron realmente por medio de la imaginación, escenas de tiempos ya ocultos, de luz y oscuridad.

A pesar del frío, del embotellamiento que se hizo al pie de Xochitécatl, de las largas filas para pasar menos de un minuto a contemplar el cielo nocturno (pues eso sí, la capacidad se los telescopios se vio por mucho rebasada) y de las amenazantes nubes que cubrieron el cielo durante unos minutos, la gente no se desanimó, y disfrutó del espectáculo celeste.

La sombra vigilante de la pirámide de las flores coronó la noche, y contemplaba desde su eternidad a esos pequeños ojos que hurgaban entre las estrellas.

Noche de estrellas en Cholula

Periodico Digital
Cecilia Martínez
lun 02 de febrero, 2009 08:58 hrs

Cientos de poblanos disfrutaron del espectáculo de la bóveda celeste.

* La luna nunca estuvo tan cerca, los ojos de miles de personas, no dejaron de mirar al cielo, para apreciar el esplendor de “La noche de las estrellas”este sábado, donde los astros mostraron su belleza y esplendor, su brillo fue más fuerte que una que otra nube, buscando opacarlas.

Los que disfrutaron de esta magia estarán de acuerdo, “nunca habían visto tanta hermosura en una noche indescriptible, todo el escenario, los guías, presentando leyendas en que se narra parte de nuestra historia, mostrando las figuras galácticas, el significado de cada una, fue mágico”.

El escenario fue soberbio, al pie de la gran pirámide Tlachihualtepetl (cerro hecho a mano) y templo de Quetzlcoatl, en Cholula, en la cima del cerro, la iglesia de los Remedios, en un marco ideal para ver el cielo de nuestros antepasados.

Las personas respetaron el entorno, mientras los expertos hablaron del maravilloso mundo galáctico, enigmático, que te hace sentir tan cerca de la “osa mayor, las constelaciones de Tauro, las siete hermanas, el cinturón de Orión (en el lenguaje popular, los tres reyes magos); todo ese esplendor, tan cerca visto con telescópio y tan lejos a la vez.

Nada opacó el momento, las personas fueron llegando al pie de las pirámides para el registro, poco a poco, no hubo tumultos, ni colados en las filas, ni siquiera importó el frío, que calaba los huesos, ni las tres o cuatro horas de espera para conocer parte de nuestra astronomía.

La emoción por poder observar las estrellas a simple vista y con la ayuda de los expertos valió la pena, la explicación del mapa celeste y como se conforman las constelaciones es un momento indescriptible que vale la pena volver a vivir.

Entre los organizadores estuvieron especialistas del INAOE, BUAP, Instituto Politécnico Nacional, Astrónomos Amateur, INAH, CONACYT, UNIVERSUM, así como el ayuntamiento de san Andrés Cholula, entre otras.

Toda esta fiesta en el marco del año Internacional de la Astronomía.

La Jornada de Morelos
Escrito por JORGE SIFUENTES CAÑAS

La noche cubrió con su manto el cielo de la zona arqueológica de Xochicalco el sábado pasado, en la llamada Noche de las estrellas convocada por diversas instituciones. Ahí, en la plaza principal de la estela, junto a la pirámide de la serpiente emplumada, el ir y venir de los afortunados visitantes hacía parecer que todos los caminos conducían a la “Casa de las flores”.

Fue una tarde-noche de encuentros, de murmullos y de uno que otro curioso que se perdía entre los telescopios apostados a lo largo de la plaza. No faltaron las voces que confundían el paso de un avión en el firmamento con algún objeto volador no identificado; tampoco faltaron las bromas de quienes, desde las escalinatas de las pirámides, trataban de llamar la atención de las cámaras de televisión.

Quizá los organizadores no esperaban a los casi cuatro mil visitantes que se dieron cita, algunos desde las tres de la tarde, para buscar el mejor lugar y el mejor ángulo para la cita estelar. Ya para las seis, el camino de acceso lució repleto y los vehículos tuvieron que estacionarse a la orilla; dejando a pie a cientos de personas en el trayecto a la zona arqueológica.

También el acceso al museo se vio copado por automóviles y autobuses con excursionistas extranjeros. En tanto, jóvenes, familias y adultos mayores se apresuraban a tomar sus lugares para poder apreciar el espectáculo de luz y sonido, que a decir de Marco Antonio Sánchez, director del Museo de Sitio que fue abierto al público en 1996, no afectó las estructuras de la zona arqueológica y los recursos generados se invierten en nuevas exploraciones.

Xochicalco, centro ceremonial por excelencia, convocó entre los años 700 y 800 dC a un evento astronómico de gran envergadura. Sabios y sacerdotes se reunieron para “arreglar el tiempo” y realizar algunos ajustes al calendario, dado que algunos sucesos anteriores preveían desastres. Previo a su destrucción, esta ciudad fortificada fue una de las más importantes metrópolis de su época.

Ahora la convocatoria fue distinta. Con esta visita nocturna iniciaron en México los festejos del Año Internacional de la Astronomía, al igual que en otras 15 zonas arqueológicas y otros sitios públicos. En esta noche de las estrellas, el resplandor de la luna en cuarto menguante y el brillo de Venus al poniente fueron los principales actores desde la puesta del sol; más tarde, Saturno hizo su aparición en el cielo morelense.

Cerca de las diez de la noche, desde la plaza principal, ya podían apreciarse a simple vista algunas constelaciones que no son visibles en la ciudad. Los visitantes, algunos guiados por las linternas de los vigilantes y otros incluso con aparatos de rayos láser, seguían arribando por el camino principal hacia la zona arqueológica. Y como a veces ocurre, no siempre se tiene la conciencia del cuidado del patrimonio arqueológico y a pesar de las recomendaciones, no se respetó la orden de no subirse a las pirámides.

De acuerdo con el personal de vigilancia, el acceso a la zona arqueológica se suspendió a las 22:30 horas y a las 11 de la noche empezó el desalojo de visitantes. Según los reportes oficiales, no hubo ningún tipo de incidentes ni lesionados.

El gobierno mexiquense repartió carteles

La Jornada
Javier Salinas Cesáreo (Corresponsal)

Teotihuacán, Méx., 1º de febrero. El gobierno del estado de México aprovechó la asistencia de miles de visitantes a la Noche de las estrellas en la zona arqueológica de Teotihuacán para promover su proyecto multimedia de luz y sonido Resplandor teotihuacano.

Justo en la entrada de la puerta número 1, en la zona arqueológica de Teotihuacán, personal de la dirección regional de gobierno mexiquense se apostó para repartir cientos de volantes negros con letras verdes que decían: “Sí a Resplandor teotihuacano”.

El personal de gobierno estatal aprovechó que justo en esa área personal de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional y voluntarios repartían entre los asistentes volantes del planisferio celeste y de divulgación científica astronómica, información de cómo observar la constelación y nombres de los cuerpos celestes, así como información del sitio prehispánico.

Los asistentes creían que los volantes en favor de Resplandor teotihuacano se trataba de información sobre Noche de las estrellas. Personal de gobierno también repartió en el circuito arqueológico.

Esta acción formó parte de la estrategia que el gobierno del estado de México ha emprendido en la zona en favor del show .

Asimismo ordenó colocar, en cientos de combis y camiones de diversas rutas que dan servicio de transporte en la zona de los 10 municipios de la región, pintas con la leyenda “Transportistas decimos sí a luz y sonido”.

La Jornada de Oriente

Observando los astros / Foto Abraham Paredes

YADIRA LLAVEN

Muy por encima de las expectativas del Comité Organizador, más de 8 mil personas abarrotaron la explanada del Hospital Psiquiátrico de Nuestra Señora de Guadalupe, cercano a la pirámide de Cholula, para participar en la esperada “Noche de las estrellas, el cielo de nuestros antepasados”, organizado para conmemorar la primera observación astronómica llevada a cabo hace 400 años en Italia por Galileo Galilei.

La del sábado fue una noche de fiesta en la que el cielo contó su historia, ligada a a la actividad astronómica de la cultura prehispánica. El acto de carácter científico fue organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), la Alianza Francesa en Puebla y el ayuntamiento de San Andrés Cholula, sobre el cálculo de una asistencia menor, para la cual se destinaron únicamente 2 mil 400 boletos. No obstante, a las 19 horas, que marcaron el inicio de las actividades, ya no había acceso para el resto de los asistentes.

Raúl Mújica, investigador y coordinador científico del acto, lamentó que el cupo estimado fuese excedido tan ampliamente, razón por la cual fue imposible acomodar a unos 5 mil visitantes en el patio de los altares de la zona arqueológica para que hicieran observaciones a simple vista, o con telescopios, del planeta Venus, la luna con sus consabidas manchas, cráteres y volcanes, la gran estrella roja Betelgeuse, la constelación de las Pléyades, la estrella Rigel o la nebulosa de Orión.

“Avisamos a toda la gente, a través de los medios, que no podíamos ingresar más de la cantidad programa de personas, puesto que es una medida que nos impuso el INAH para mantener la seguridad y el sitio en buen estado”, argumentó Mújica a La Jornada de Oriente. El caso es que cuando a las 6 de la tarde se procedió al registro de los participantes, había arriba de 5 mil personas esperando acceder a la pirámide. “En una hora se habían terminado los 2 mil 400 boletos”, explicó, para un acto programado para durar cinco horas. Sin crear disturbios, más de mil personas que no se resignaron a volverse a casa permanecieron alrededor de la entrada principal de la zona arqueológica buscando desesperadamente por si conseguían comprar algún boleto al precio que fuera.

Para garantizar la seguridad de los asistentes, la Policía Montada de San Andrés Cholula desplegó un numeroso contingente, al que añadieron elementos propios Seguridad Pública Estatal y Tránsito. Todos reportaron saldo blanco.

El programa paralelo a las observaciones de los astros constó de una decena de talleres de astronomía y papiroflexia, pláticas, entre ellas, La neta del planeta, Radiotelescopios: arma el GTM y Saturno: el señor de los anillos junto al estreno latinoamericano de la pieza Los Planetas Op. 32, de Gustav Holst, a cargo de los pianistas Francisco Rocafuerte y Ab El Hadi Sabag, además de la participación de la Orquesta de la Universidad de las Américas.

En una hora arribaron más de 2 mil 500 personas

Para los privilegiados que ingresaron a la zona arqueológica, tras la espera de más de dos horas, fue una noche mágica, afortunada, con un cielo clarísimo, pese al augurio de expertos que podría estar nublado, ante el descenso de temperatura en la región.

Saltimbanquis, cuentacuentos, personajes salidos de leyendas mitológicos, el conejo transformado en luna, el sol, las estrellas, seres que más bien aludían a la ficticia imagen de un extraterreste, de ojos rasgados y cuerpo estilizado, deambulaban de un lado a otro de la patio de los altares, iluminado con velas, cubiertos de luces fluorescentes.

En 20 minutos, 30 grupos de 10 personas cada uno escuchaban primeramente de la voz de algún estudiante del INAOE, investigador o aficionado, la explicación de la bóveda celeste a simple vista, con un apuntador de laser verde. Luego, se llegaba a otro punto donde cuentacuentos narraban tres mitos: el primero relativo a la creación del universo según la concepción de las culturas mesoamericanas, y dos más referentes a la construcción de la gran pirámide de Cholula y su destrucción, para finalizar con la observación a través de unos 60 telescopios de algunas estrellas y planetas.

En el recorrido, los luminosos personajes daban respuesta a las preguntas más recurrentes y ocurrentes: ¿Existe vida en Marte? ¿Cuando mueren las estrellas se apagan? ¿Cuándo podremos ir a la luna, como punto turístico? ¿Y la lluvia de estrellas? ¿Es cierto que habrá un eclipse? ¿Cada día nos acercamos más al sol? ¿Son caros los telescopios?

De ello, Mújica respondió: “hoy –sábado– no habrá nada en particular, y lo extraordinario es que en esta noche no habrá nada extraordinario. Lo que queremos es que todo mundo voltee al cielo y se dé cuenta de lo que nos estamos perdiendo, porque cada día es más difícil apreciar el cielo en esta ciudad atiborrada de luces, que evidencia al hombre del siglo XXI su temor por la oscuridad, y en su obsesión por iluminarlo todo ha perdido un patrimonio natural: el cielo estrellado”.

“La función de la pirámide era permitir que los hombres llegaran al cielo”

La tradición oral dice que un grupo de gigantes construyeron la gran pirámide con adobes que trajeron de Tlalmanalco, cerca de Amecameca, en la ladera poniente del volcán Popocatépetl. Una variante del mito narra que los gigantes desprendían casas completas desde el cimiento para amontonarlas y formar la pirámide.

La parte científica narra que en 1931 comenzaron las exploraciones en la pirámide de Cholula; 25 años después se descubrieron las siete etapas constructivas de la edificación prehispánica, además de los murales de Las mariposas y Los bebedores, este último con la representación de más de 100 figuras antropomorfas que escenifican una ceremonia en honor a Octli, dios del pulque.

En otro extremo, un cuentacuentos explicaba el mito de la destrucción, basado en la interpretación de uno de los franciscanos que llegaron a Cholula, en el siglo XVI, quienes creían que la función de la pirámide, construida en honor a Chiconahui Quiáhuitl, dios de la lluvia, era permitir que el hombre llegara al cielo.

INAOE y UAP organizan en febrero actos alusivos al tema

Para los que no pudieron ingresar, el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP) presentó el domingo una serie de actividades artísticas y culturales alusivas a la celebración del Año Internacional de la Astronomía. Para el 14 de febrero se hará lo mismo en el INAOE, y el 27 del mismo mes en el Complejo Cultural, “donde la gente no hará fila ni tendrá que llevar boletos”.

Como punto principal, las instituciones convocantes proponen que los ciudadanos poblanos y de todo el mundo busquen replantear su lugar en el universo a través de todo un camino de descubrimiento que se inició hace ya 400 años, cuando un personaje casi ciego utilizó un instrumento rústico, que ahora ni siquiera en los juguetes para niños podemos encontrarlo. “Era un catalejo, y con él tuvo la idea de apuntar hacia el cielo, y descubrió que la luna no era esféricamente perfecta; después, apuntó a Júpiter y encontró que tenía cuatro objetos dándole vuelta, y que ahora sabemos que se llaman lunas, pero también observó la Vía Láctea. Ese hombre era Galileo Galilei, quien revolucionó la historia de la humanidad e integró a la astronomía como una ciencia moderna”.

Cientos de personas hicieron fila para observar los astros en el Fuerte de San Diego

Especialistas introducen al público acapulqueño al Año Internacional de la Astronomía

MARISOL WENCES MINA
La Jornada Guerrero

“Mamá ¿por qué nos vamos?”, fue la pregunta que un niño le formuló a su progenitora cuando iban bajando la rampa que conduce del adarve del Fuerte de San Diego a la plaza de armas del mismo. “Es que hay mucha gente y muy pocos telescopios, además ya es muy tarde”, respondió la madre sorteando las filas de cientos de personas que querían observar los astros en la llamada Noche de las Estrellas.

La capacidad de los organizadores fue rebasada por los cientos de personas que desde la tarde comenzaron a hacer filas para entrar a la fortaleza al inico de las actividades del Año Internacional de la Astronomía, que conmemora los 400 años desde que Gagileo Galilei apuntó por primera vez un telescopio al espacio.

Con la guía de alumnos de astronomía de la UNAM y niños del colegio Galileo Galilei de Acapulco, los asistentes pudieron conocer algunas de las constelaciones más famosas, y los nombres de las estrellas más brillantes, mientras algunos niños contaban mitos y leyendas acerca de los héroes celestes.

“Yo compré mi telescopio, me costó 2 mil pesos, pero no lo pude colocar porque aunque lo habían prometido, no dieron el curso de capacitación para instalarlo y poder calibrarlo”, se quejó Alejandro Grazón, quien invirtió su dinero “por afición y quería aprovechar este evento para aprender a usar bien el instrumento”.

Mientras en la plaza de armas había varios grupos de 20 personas que escuchaban con atención las historias y leyendas de la mitología griega y también de las culturas mayas y aztecas que explicaba el nacimiento de constelaciones como Orión, las Pléyades, Tauro, Perseo, Cassiopeia y mediante una lámpara láser mostraban las estrellas más brillantes y que son de fácil ubicación, como Sirio, Betelgeuse, Aldebarán y Rigel, entre otras.

En la parte posterior de la fortaleza, científicos de la UNAM y especialistas en navegación como el director del Museo Naval de Acapulco, Marcelo Adano, ofrecieron conferencias de corte científico, pero de lenguaje sencillo, que motivó a niños y adultos a plantear interrogantes acerca del origen del universo, de las galaxias, planetas y estrellas.

“Así como hasta ahora no se tienen definidos los confines del universo conocido, mucho menos, expresó Cantó Illa, podemos saber hasta dónde llega el universo total porque no sabemos que hay más allá”.

Unos niños disfrazados de Nicolás Copérnico, Galileo Galilei e Isaac Newton, mediante monólogos, expusieron parte de las vidas de esos científicos y sus principales aportaciones: desde la teoría heliocéntrica, hasta las tres leyes de Newton.

Organización rebasada


El evento fue publicitado gracias al apoyo de patrocinadores, informó el encargado de despacho del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Guerrero, Juan Ignacio Reyes Figueroa, quien indicó que se rebasaron las expectativas en cuanto a la cantidad de personas que acudieron.

A diferencia de otras ciudades y centros arqueológicos en el país, donde se colocaron hasta 80 telescopios, en el Fuerte de San Diego sólo había 8 disponibles, lo cual fue evidentemente insuficiente para atender a los visitantes, quienes formaron una larga cola desde el puente de la fortaleza hasta la calle Hornitos, pues mientras unos iban entrando al recinto, cientos de personas continuaban llegando.

Asistieron más de las 5 mil personas que esperaban los organizadores 40 telescopios estuvieron a disposición para observar el firmamento

RAUL TORRES
La Jornada Jalisco


Noche de Estrellas, en Atemajac de Brizuela Foto: ARTURO CAMPOS CEDILLO

El viaje comenzó y terminó en la Tierra, en Atemajac de Brizuela, sitio elegido para mirar el cielo desde Jalisco durante la Noche de las Estrellas.

Desde el medio día del sábado comenzaron a llegar al predio La Loma las más de 5 mil personas que se esperaban; los investigadores del Instituto de Astronomía de la Universidad de Guadalajara, del Club Astronómico Orión y de la Sociedad Astronómica de Guadalajara preparaban los más de 40 telescopios que apuntaron a las estrellas; apareció una pantalla donde se proyectaron y explicaron imágenes del universo (nebulosas, galaxias, cúmulos, estrellas, planetas, etcétera).

Los puestos de comida y recuerdos se colocaron en el lugar asignado (café, té, tamales, papas, salchipulpos, churros, perros calientes, tacos, camisetas, mapas celestes, pulseras), las primeras casas de campaña se levantaron para esperar el descenso de la temperatura y el arribo de la noche. Poco a poco aquello se convirtió en fiesta nocturna de fogatas, cobijas y miradas al cielo.

Algunos buscaron comida y café para calentarse, otros se tiraron al suelo envueltos en frazadas para escuchar el espectáculo musical o ver la proyección Una Ventana al Universo. Los talleres sobre astrofotografía y el calendario Maya se llenaron, pero la “Zona Oscura”, donde después de la observación a simple vista se podía entrar en el “cielo profundo” a través de los telescopios, fue el atractivo principal. Había que esperan en la fila aproximadamente un par de horas a poco menos de 10 grados centígrados para acceder.

Al entrar en la zona comienza el viaje, Bernardino es el guía y apunta a la cúpula celeste con su potente rayo láser que recuerda a las legendarias espadas de los Jedis. Lleva el haz de luz verde hasta el poniente y recorre el horizonte. A las 23 horas, Venus, la primera estrella de la tarde, se ha ido y no será posible observarlo esta noche. Pero en compensación, por el oriente, Saturno y sus anillos comienzan a ganar altura en el cielo y desde la tierra los telescopios comienzan a cazarlo.

El láser se detiene en la luna que ya se está yendo: “aquí tiene una fase creciente, es cuarto creciente porque después de luna nueva inicia su nueva fase; si tiene los cuernos para arriba es creciente, si los tiene para abajo es menguante. Hoy les va a tocar ver cráteres y mares aunque no puedan ver agua, porque los mares de la luna en realidad son desiertos. También van a ver volcanes y montañas”, explica Bernardino.

Subiendo de la luna en línea recta nos topamos con un cúmulo abierto de siete estrellas, “Las siete hermanas” les dicen, aunque una de ellas realmente es un planeta: Marte, la estrella roja. “De ahí me bajo, llego a este punto y formamos una V, pero si yo le doy para acá formo un cuerno, y si bajo y sigo el puño, hacemos la constelación de Tauro”, dice Bernardino mientras une puntos en el cielo con su rayo verde y dibuja la cabeza del toro.

La siguiente escala es el cinturón de Orión y su espada, esas tres estrellas brillantes y alineadas que los niños confunden con los “Reyes Magos”. Al entrar en esa latitud del cielo con el telescopio, aparece la nebulosa donde habitan las estrellas Rigel y Betelgeuse. “Son gases donde se están formando otras estrellas o los que dejó una estrella que explotó hace millones de años”, comenta uno de los astrónomos que construyó su propio telescopio.

Bernardino permanece un poco más en ese espacio y recuerda que ahí también habita otra estrella “muy preciosa, la cabeza del caballo, les dicen” que por su lejanía sólo se pueden ver con un gran telescopio y cuando no hay nada de luz, “absolutamente nada, ni luna ni nada, y si la llegan a ver me invitan porque tengo mucho tiempo sin verla”.

El láser transporta las miradas de Orión a la constelación del Can. Nuevamente la luz verde va uniendo los puntos que dejan ver las patas, la cola, el cuerpo y la cabeza del perro celeste, que como pulgas en su lomo alberga un cúmulo cerrado de estrellas: el M-31.

En el camino entre el Can y la Osa Mayor se atraviesa Saturno, que por esta noche decidió vestir sus anillos en forma vertical.

Y dentro de la Osa Mayor su estrella triple, y a un lado la estrella Polar, la estrella del Norte, única que permanece quieta en el cielo, la que servía de guía a los marineros en sus travesías.

La luna también se fue, el cielo es más oscuro, pasa de la media noche y tierra sigue viajando a más de 3 mil kilómetros por hora, quizá por eso el frío arrecia y hace que los viajantes suban los cierres de sus casas de campaña o tomen sus autos para moverse a través de una minúscula cinta de asfalto colocada en un rincón del universo.

2 de febrero del 2009

Rafael H. Guadarrama
Once Noticias

La noche de este sábado, con una Luna creciente como testigo, miles de asistentes al Zócalo de la Ciudad de México pudieron vivir un momento de intimidad con el cielo.

Al veinte para las once, se apagaron las luces y disfrutaron un espectáculo poco común: un cielo estrellado.

“La verdad nunca estoy acostumbrado a hacer todo este tipo de cosas, solamente mi casa, mi trabajo y ya”, comentó Víctor Francisco Naranjo Sánchez, visitante.

“Es algo la verdad muy bonito, ver exactamente la constelación y todo, pues es muy bonito”, dijo Isabel Hernández Rivera, visitante.

Con las miradas de miles de personas sobre la bóveda celeste, comenzó oficialmente el Año Internacional de la Astronomía en México. El zócalo fue una de las nueve plazas públicas del país donde se realizaron observaciones masivas, al igual que en 15 sitios arqueológicos. Xochicalco, en Morelos, fue uno de ellos. Aquí, por un instante el brillo natural de las estrellas también deleitó a los asistentes, sin la interferencia de la luz artificial.

Los astros de igual manera se disfrutaron desde centros de divulgación, como el Planetario Luis Enrique Erro, donde cientos de personas hicieron largas filas para admirarlos con ayuda de telescopios y la explicación de expertos.

“Yo creo que todo mundo debería de tomarse un tiempo para razonar sobre todo esto de las estrellas y observar el cielo un poco”, expresó Lina Cabrera, visitante.

El Año Internacional de la Astronomía, se celebra en más de 140 países para recordar los 400 años de la invención del telescopio. Con las actividades que se realizarán a lo largo del año en México, se pretende acercar más la gente a los conocimientos del universo.

“Unidos somos cada vez más fuertes, y en este esfuerzo por poner nuestro granito de arena para avanzar en el conocimiento”, manifestó José Enrique Villa Rivera, director general del IPN.

“Hay miles de mexicanos dispuestos a trabajar para que todo México se acerque un poquito más al cielo”, concluyó José Franco, director del Instituto de Astronomía de la UNAM.

La intención de la observación masiva de este sábado, es que en adelante se realice cada año, con la ayuda de astrónomos de todo el país.

■ La respuesta de la gente superó expectativas en 19 ciudades

■ Desde zonas arqueológicas y plazas públicas miles observaron el cielo


La Jornada

Cielo nocturno en Atemajac de Brizuela, Jalisco, donde también se celebró la Noche de las estrellas Cielo nocturno en Atemajac de Brizuela, Jalisco, donde también se celebró la Noche de las estrellas Foto: Arturo Campos Cedillo

Miles de personas abarrotaron zonas arqueológicas y sitios ceremoniales prehistóricos y prehispánicos, además de plazas públicas, en al menos 19 ciudades del país, para contemplar los astros y planetas vecinos o escrutar más allá de la Vía Láctea durante La noche de las estrellas.

Universidades, agrupaciones astronómicas y aficionados aportaron telescopios e instrumental de observación estelar, mientras multitudes llenaban las explanadas y espacios dispuestos para la ocasión, aderezada con danzas, narraciones, proyecciones, conferencias y gastronomía.

Saltimbanquis, cuentacuentos y personajes de mitos y leyendas hacían contacto simultáneo con todos los mundos y daban a la concurrencia un momento festivo, pletórico de luces fluorescentes y velas encendidas.

El cielo recontó su historia ligada a nuestra cultura, pero no todos fueron convidados, pues la actividad científica organizada por instituciones nacionales e internacionales, en la mayoría de los casos, quedó rebasada y excluyó a miles de personas.

Los organizadores instaron a rescatar la ciudadanía universal y pidieron al público replantear su lugar en el cosmos por el camino abierto hace 400 años, cuando un personaje casi ciego usó un catalejo rústico para apuntar al cielo y ver que la Luna no era perfectamente esférica y que había objetos alrededor de Júpiter: Galileo Galilei, quien hizo de la astronomía una ciencia moderna.

Negro mensaje

En Teotihuacán –como efecto ajeno a la conmemoración– el gobierno del estado de México aprovechó la presencia de miles de visitantes para que sus brigadas repartieran cientos de carteles negros con la leyenda “Sí a Resplandor teotihuacano” en letras verdes.

Centenares de combis y camiones de diversas rutas promovían también el proyecto multimedia oficial con la frase: “Transportistas decimos sí a luz y sonido”.

Mientras, las pirámides de las zonas arqueológicas de Tenayuca y Santa Cecilia, en Tlalnepantla, y El Conde, en Naucalpan, se excluyeron de la fiesta astronómica y cerraron a las cinco de la tarde, como de costumbre.

Sin embargo, algunas familias salieron a las calles o subieron a las azoteas en las inmediaciones de la pirámide de Tenayuca, para observar lo que creían un fenómeno astral, aunque el cielo nuboso no les fue propicio.

Cosmogonía zapoteca

Distinta suerte hubo en el centro ceremonial de la zona arqueológica de Monte Albán, Oaxaca, donde cientos de familias, además de aficionados y profesionales de la astronomía nacionales y extranjeros, acudieron a la explanada en la noche clara y apacible que les permitió ver el infinito con su luz propia.

Este centro zapoteca, concebido sobre bases científicas, tenía sacerdotes-astrónomos que usaron sus conocimientos para la arquitectura y la construcción de grandes ciudades, explicó Nelly Robles García, responsable del emplazamiento, donde los mitos cosmogónicos de la era prehispánica evocaban a los dioses primigenios.

En Puebla, más de 8 mil personas abarrotaron el Patio de los Altares, de la explanada del Hospital Siquiátrico de Nuestra Señora de Guadalupe, en torno a la pirámide de Cholula, para observar, a simple vista y con telescopios, el rojizo planeta Venus, las manchas, volcanes y cráteres de la Luna, la gran estrella roja de Orión, la constelación de las Pléyades o la estrella Rigel.

Junto al estreno latinoamericano de la pieza Los Planetas, opus 32 de Gustav Holst, a cargo de los pianistas Francisco Rocafuerte y Ab El Hadi Sabag, con la intervención de la Orquesta de la Universidad de las Américas (UDLA), los privilegiados que ingresaron a la zona tras una espera de horas tuvieron una noche mágica y afortunada, con cielo transparente pese al augurio adverso.

En Boca de Potrerillos, Nuevo León –emplazamiento prehistórico donde se rendía culto al Sol y el saber astronómico determinaban el calendario–, miles de visitantes llegaron a escrutar el universo.

Antes, el arqueólogo Moisés Valadez Moreno, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), les habló de los dibujos rupestres que hay entre los cerros el Antrisco y La Zorra, en los cuales predominan lluvia, chamanes y animales.

Otros miles de personas se reunieron a las faldas del cerro La Quemada, ante las ruinas arqueológicas y el museo de sitio de Chicomostoc, a unos 20 kilómetros de la capital zacatecana, en un acto que rebasó todas las expectativas.

Además, en el predio La Loma, del municipio de Atemajac de Brizuela –en la sierra de Tapalpa, Jalisco–, miles pasaron la noche ante una constelada bóveda celeste sin extrañar la zona arqueológica de Guachimontones, que negó el permiso para la celebración por estar en rehabilitación.

En el sitio arqueológico de Xochicalco, Morelos, mismo lugar donde se reunieron astrónomos y sabios del mundo hace 10 siglos para ajustar el calendario, la multitud convirtió la zona en fiesta y picnic. Las plazas, calles, gradas y partes superiores de las pirámides lucieron llenas y los ánimos se relajaron hasta el baile.

Ritos yaquis y seris

La Pintada, al sur de Hermosillo, Sonora, recibió cientos de visitantes con ritos ancestrales yaquis, pimas y seris en la explanada de acceso a los cañones, donde hay decenas de pinturas de antes y después de la llegada de los conquistadores españoles a esta región, en el siglo XVII.

La pirámide del Cerrito, en El Pueblito de Corregidora, Querétaro, tuvo una multitudinaria respuesta, y en Plazuelas, Guanajuato, los ávidos concurrentes admiraron el firmamento desde la zona arqueológica que resplandeció entre los años 600 y 900 después de Cristo.

Comunión con el firmamento

En las ruinas de Tzintzuntzan, Michoacán –antigua capital del reino purépecha– se esperaban mil visitantes y llegaron más de 10 mil a las yácatas o pirámides construidas con laja.

La zona arqueológica de Dzibilchaltún sirvió de escenario en Yucatán para que más de 2 mil personas bailaran y degustaran platillos tradicionales como parte de su comunión con el firmamento. Y en Xochitécatl, Tlaxcala, también fueron miles los que a simple vista escudriñaron las infinita materia sideral.

En la explanada del Centro Estatal de la Artes de Ensenada, Baja California; la Plaza de la Patria, de Aguascalientes; la Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, de Chilpancingo, Guerrero; la plaza central de Chiapa de Corzo, Chiapas, y el Planetario Tabasco 2000, de Villahermosa, también hubo multitudes o pequeños grupos a pesar del frío.

Javier Salinas, Silvia Chávez, Octavio Vélez, David Carrizales, Alfredo Valadez, Juan Carlos Partida, Rubicela Morelos, Ulises Gutiérrez, Mariana Chávez, Carlos García, Ernesto Martínez, Luis A. Boffil, Claudio Bañuelos, Olga Alicia Aragón, Sergio Ocampo, René Alberto López y Elio Henríquez, corresponsales; Yadira Llaven y Víctor Hugo Varela Loyola, de La Jornada de Oriente

■ En emotivo ambiente, la gente disfrutó del Cinturón de Orión y de Venus, desde el Zócalo
■ La Tierra se acercó un poco más al cielo, comenta José Franco, director del IA de la UNAM ■ Pese a los años de observación, los astros no dejan de sorprenderme, dice Manuel Peimbert

La Jornada
Laura Poy Solano y Ángel Bolaños


En el encuentro con la bóveda celeste el sábado 31 de enero En el encuentro con la bóveda celeste el sábado 31 de enero Foto: Francisco Olvera

Al llegar la oscuridad miles de rostros miraron hacia el cielo. Entre gritos de exclamación, con el brazo extendido, apuntaban al Cinturón de Orión, Venus o Sirio. Fue el momento de mayor intensidad de la llamada Noche de las Estrellas, cuando poco a poco, a las 22:40 horas del pasado sábado, las luces de Palacio Nacional, el Ayuntamiento y la Catedral Metropolitana se apagaron, dejando casi en total oscuridad la plancha del Zócalo de la ciudad de México.

Reunidos en pequeños grupos y hasta recostados en el piso, los asistentes comentaban entre sí lo que descubrían al mirar hacia el cielo, a pesar de una persistente nubosidad que hizo aún más difícil descubrir una estrella.

Fueron insuficientes los casi 15 minutos de oscuridad para las miles de personas que deseaban observar el cielo, aunque fuera por un momento, a través de un telescopio en la penumbra casi total del Zócalo capitalino. La emoción era tan grande que más de un espontáneo pidió “echar un ojo” a quienes trajeron sus propios telescopios, ante las largas filas para poder acceder a alguno de los 50 instrumentos instalados en la explanada.

También hubo quienes aprovecharon el momento para sacar sus cámaras fotográficas e intentar captar la luminosidad de las estrellas y de la Luna, en medio de rechiflas generalizadas porque no todas las fuentes de luz fueron apagadas, como el reloj que marca los días y horas que faltan para la celebración del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución mexicanas.

En medio de la penumbra el astrónomo Manuel Peimbert Sierra, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), extendió el brazo hacia el cielo para identificar algunas estrellas. “Dejen sacar mi láser a ver si podemos señalarlas”, dijo antes de disparar un haz de luz azul hacia el horizonte.

“Ése es Sirio –afirmó frente al grupo que lo rodeaba, algunos atraídos por la perfecta línea azul proyectada en el cielo–. Es la estrella más brillante después del Sol, tiene 10 mil grados de temperatura. Ésta es Rigel, tiene 25 mil grados. Éste es el Cinturón de Orión, y ésta es Betelgeuse, que es una estrella roja, a 3 mil grados.

“El color –prosiguió– tiene que ver con la temperatura. Los objetos blancos están a 10 mil grados, los azules están a 25 mil y los rojos a 3 mil. El Sol está a 5 mil 800 grados y por eso es amarillo.”

En un momento el científico mostró que, a pesar de muchos años de observarlos, los astros, como a los niños, no han dejado de sorprenderlo: “¡Ah!, miren qué bonita Luna cerca del horizonte”.

Los abucheos del público se volvieron escuchar cuando a las 22:55 horas comenzaron a encenderse lentamente las lámparas de las calles y edificios públicos. Los gritos de “¡apaguen la luz!” eran insistentes.

Esto demuestra, aseguró José Franco, director del Instituto de Astronomía de la UNAM, “el hambre que tiene la gente de espectáculos como el que nos ofrece el cielo, porque ésta fue la primera noche en que acercamos al saber astronómico a miles de personas, y con ello la Tierra se acercó un poco más al cielo”.

Recordó que en otros 23 puntos del país también fueron convocadas miles de personas para participar en una noche de observación astronómica.

El acto incluyó una conferencia magistral del astrónomo Luis Aguilar, la proyección de pequeños videos producidos por Teveunam, así como la música y danza de Jorge Reyes, creadas para esta ocasión y en las que recuperó la importancia de la astronomía en las culturas prehispánicas.

De acuerdo con Bárbara Pichardo, catedrática del Instituto de Astronomía de la UNAM, en la plancha del Zócalo se reunieron 120 de los 200 astrónomos profesionales que hay en el país. Uno de ellos, Manuel Peimbert, quien destacó la espontaneidad y curiosidad de los niños asistentes: “Son sensacionales”.

El científico se refirió a una de las preguntas que plantearon los pequeños: “¿Por qué no se nos han caído las estrellas encima si hay fuerza de gravedad?”

Constante cosmológica landa

Más que ingenuidad, el experto advirtió gran profundidad en la interrogante, “porque, aunque de otra manera, es la misma que se hizo Einstein en 1917 cuando se creía que el universo era estático. El físico dijo: ‘¿Por qué las galaxias no se han caído encima de la nuestra?’ Es que la fuerza de gravedad a grandes distancias tiene una componente de repulsión y la llamó la constante cosmológica landa”.

–¿Le han preguntado por qué es astrónomo?

–Sí, varias veces, y la respuesta es larguísima, podría ponerme a hablar 10 o 15 minutos.... no fue por vocación, sino porque al trabajar en un problema sencillo de astronomía, que terminó en una nota de investigación, empezó a gustarme la astronomía, lo cual me motivó para estudiar matemáticas y física.

En una carpa denominada Conoce a los astrónomos estaba un retrato del científico universitario, así como de los precursores de la astronomía en México, como Paris Pishmish, Guillermo Haro y Luis Enrique Erro.

Así concluyeron más de cinco horas en las que miles de personas se dieron cita para observar la bóveda celeste, en el acto con el que arrancaron los festejos en México por el Año Internacional de la Astronomía, que se celebrará en más de 140 países.

La Gaceta en línea

Se apagaron las luces para que se encendieran las estrellas y el cielo contara su historia, la misma que fue relatada a nuestros antepasados, en el mismo lugar: el Zócalo. Miles de personas se reunieron para apreciar y percibir el firmamento con binoculares y telescopios, en la primera Noche de las Estrellas.

El acto, organizado por la Universidad, los institutos nacionales de Antropología e Historia, y de Astrofísica, Óptica y Electrónica; junto con el Politécnico Nacional, la embajada de Francia en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,
la Academia Mexicana de Ciencias y el Gobierno del Distrito Federal, entre otros, formó
parte de las actividades del Año Internacional de la Astronomía 2009. Astrónomos profesionales y aficionados compartieron con la gente la experiencia de observar la bóveda celeste y se interiorizaron en una noche especial, de fraternidad con el cosmos, en una fiesta que incluyó también actividades culturales.

En la Plaza de la Constitución, desde las 17 y hasta las 23 horas, cientos de familias, jóvenes y académicos se adentraron en el mundo de la astronomía, mediante actividades como astronomía para niños, talleres infantiles, charlas y conferencias de divulgación, teatro guiñol, cine astronómico, demostraciones científicas y conversaciones con astrónomos.

Con el ocaso del Sol y la aparición del planeta Venus, acompañados de la constelación de Orión visible en el cenit, y una Luna discreta en cuarto menguante, el Zócalo conmemoró el Año Internacional de la Astronomía. Mientras, la gente escuchó música prehispánica, hizo largas filas para entrar a los talleres y armar su transbordador espacial o un galileoscopio; otra prefirió charlar con astrónomas como Silvia Torres
o Margarita Rosado Solís.

Quienes fueron acompañados por niños, optaron por el guiñol que representó La vida de Galileo Galilei, escucharon a los cuenta cuentos o la charla de Julieta Fierro.

Una inmensa mayoría observó el firmamento a través de los telescopios, desde donde pudieron contemplar las nebulosas, Urano y cúmulos de estrellas, en el mismo lugar donde los astrónomos mexicas –dedicados a observar el curso y el acaecer ordenado
de un cielo transparente y sin contaminación lumínica– determinaron el comienzo de la suma de los años y el orden de la cuenta de los destinos.

Los mesoamericanos observaban con detalle y registraban el movimiento retrógrado de los planetas,los cambios de las estaciones, los ciclos de Venus, Marte y Júpiter, las alineaciones planetarias,y los eclipses solares y lunares. La observación minuciosa les permitió generar calendarios precisos y diseñar sus ciudades definiendo los ciclos de
sus actividades y ritos de acuerdo con el movimiento y posición de los astros.
También crearon sus propias constelaciones,como los mexicas, que ubicaron a las estrellas en el segundo de los 13 cielos que, para ellos, conformaban el universo (junto con nueve infiernos), y llamaron Tezcatlipoca a la Osa Mayor y Cólotl o alacrán, a la del Escorpión.

En el festejo, en el que estuvo el rector de la UNAM, José Narro Robles, el director del Instituto de Astronomía, José de Jesús Franco López, dijo que la Noche de las Estrellas hermanó a México, pues se celebró en 23 sitios, desde Ensenada hasta Mérida.
En tanto, José Enrique Villa Rivera, director general del Politécnico, mencionó que esta noche demuestra que “unidos somos cada vez más fuertes”.

Por su parte, María Esther Orozco Orozco, titular del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, señaló que este espectáculo representa el amor de los mexicanos por el conocimiento.

Y en Universum…
En tanto, en Universum, desde las 10 de la mañana también se celebró la Noche de las Estrellas. Al museo acudieron niños acompañados de sus padres y grupos de jóvenes que participaron en actividades como la Lotería astronómica, Talleres de ciencia recreativa, rally astronómico, visitas guiadas y demostraciones científicas.

En la sala de exposiciones temporales se habló de asteroides, constelaciones, nebulosas, manchas solares, auroras boreales, lunas galileanas y… ¡lotería! gritó una joven que había ganado ya su juego. En tanto, en otra parte de la sala un grupo de
15 visitantes entró al planetario móvil, donde en una hora escuchó la explicación sobre el origen y las características del sistema solar y el universo.

Casi al mediodía, la gente concurrió al vestíbulo de Universum, donde conocieron a personajes como Ptolomeo, Copérnico, Galileo Galilei, Kepler y Newton, quienes hablaron de la importancia de sus aportaciones al estudio del universo. En la planta alta del museo, un grupo de niños elaboró naves espaciales, asteroides o marcianos;
otros prefirieron echar a volar un cohete mojador o acercarse a uno de los telescopios.
Me gustan muchos las películas y los juguetes de La guerra de las galaxias, pero el cielo, el cielo de verdad, es increíble e incluso más bonito que todo eso, dijo Fernando Bustos Sánchez –de 10 años– mientras observaba a través de uno de los telescopios.

La Noche de las Estrellas se efectuó, de manera simultánea, en 17 sitios arqueológicos y en cinco históricos a lo largo y ancho del país, entre ellos, Edzná, Campeche; Chiapa de Corzo, Chiapas; Xochicalco, Morelos; Teotihuacan, Estado de México; Monte Albán, Oaxaca, y La Pintada, en Hermosillo, Sonora.

LAURA ROMERO / LETICIA OLVERA / ALINE JUÁREZ

Ensayan esta noche astrónomos en Morelos mega espectáculo de divulgación científica para darle paso a las actividades del 2009 bajo un cielo estrellado

Andrés Eloy Martínez Rojas
El Universal

Ciudad de México Sábado 22 de noviembre de 2008

16:57 Con una noche de las estrellas en Xochicalco Morelos, este sábado arrancan oficialmente los festejos del año internacional de la astronomía 2009, en el que participaran astrónomos aficionados y profesionales de todo el país, de acuerdo a la sociedad astronómica Urania, la que participa en la organización del evento junto a otras agrupaciones como la sociedad astronómica Nueva Perspectiva Xochicalco, la Alianza Francesa de Cuernavaca y el centro INAH Xochicalco, quienes fungirán como anfitriones del evento denominado oficialmente "Noche de estrellas".

Éste servirá como ensayo del evento oficialmente programado para la noche del próximo 31 de enero, por el comité mexicano del año internacional de la astronomía.

Los organizadores del espectáculo de divulgación científica dieron a conocer los objetivos de la noche de las estrellas, pensado para que el público en general, sobre todo los jóvenes, tenga contacto con astrónomos aficionados y profesionales, y descubran las maravillas del cielo.

Con la primera Noche de las Estrellas celebraremos en todo México la inauguración del Año Internacional de la Astronomía 2009 y el 70 aniversario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Para ello, se están organizando noches de estrellas en los principales sitios arqueológicos del país con el tema "El cielo de nuestros antepasados".

En Xochicalco, que significa en la casa de las flores, se ha encontrado evidencia de que en esta ciudad se practicó intensamente la astronomía hasta antes de 900 d.C., año en que fue destruida. Hoy los astrónomos aficionados del estado de Morelos realizan observaciones frecuentes en este lugar.

Por esta razón, Xochicalco se eligió para efectuar un ensayo general de la Noche de las Estrellas, al que serán invitados los astrónomos del país, así como instituciones y empresas participantes en la Gran Noche de las Estrellas del 31 de enero, la inauguración del Año Internacional de la Astronomía 2009 en México.

Noche astronómica

Durante el evento al que asistirán sólo invitados especiales, se podrán apreciar los planetas Venus y Júpiter poco después de la puesta del Sol, el primero de ellos muy cerca de una brillante estrella de la constelación de Sagitario llamada Nunki. Orión famoso grupo estelar invernal podrá ser apreciado, así como su famosa nebulosa visible incluso a simple vista, además del planeta Urano y otros objetos de singular interés como estrellas dobles y la galaxia de Andrómeda.

La sociedad astronómica Urania recientemente produjo en radio la dramatización de la Guerra de los mundos y creo capsulas radiofónicas de astronomía, como actividades previas al año internacional de la astronomía 2009.

jigh

La Jornada

El rector de la UNAM inauguró el acto con que arranca el Año Internacional de la Astronomía ■ En nombre de Ebrard, la titular del ICyTDF llama a levantar la vista al cielo, incluso con la crisis ■ Con decenas de telescopios, profesionales y aficionados invitaron en el Zócalo a observar el espacio

Laura Poy y Ángel Bolaños

Orientadas por expertos, miles de personas observaron anoche el universo desde el Zócalo capitalino Orientadas por expertos, miles de personas observaron anoche el universo desde el Zócalo capitalino Foto: Francisco Olvera

El director del IPN, Enrique Villa Rivera; el científico René Drucker y el rector de la UNAM, José Narro Robles, durante la inauguración de La noche de las estrellas El director del IPN, Enrique Villa Rivera; el científico René Drucker y el rector de la UNAM, José Narro Robles, durante la inauguración de La noche de las estrellas Foto: Francisco Olvera

Convocados para “explorar los secretos del universo”, miles de personas acudieron al Zócalo de la ciudad de México para participar en La noche de las estrellas que se celebra en nuestro país, acto con el que empiezan los festejos del Año Internacional de la Astronomía (AIA), y que conmemora el 400 aniversario de la primera observación al espacio por medio de un telescopio, realizada por Galileo Galilei en 1609.

Astrónomos profesionales y aficionados acercaron al público en el conocimiento de estrellas, constelaciones, planetas y galaxias que –aseguraron– “están al alcance de cualquiera que se interese en explorar el cielo y acercarse a la ciencia a través de un telescopio o a simple vista, pues en el fondo todos tenemos algo de astrónomos”.

Cientos de personas aguardaron la noche para observar el cielo mediante decenas de telescopios instalados en la plancha del Zócalo capitalino, orientados por astrónomos aficionados quienes mostraron a los asistentes cómo localizar planetas y estrellas en la bóveda celeste.

Durante la inauguración del acto, encabezada por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, y el director general del Instituto Politécnico Nacional, José Enrique Villa Rivera, con el que arrancaron las actividades del AIA en México, Esther Orozco Orozco, directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF), anunció que a partir de ahora “cada año nos reuniremos en el Zócalo junto con la UNAM, el Politécnico y otras instituciones en La noche de las estrellas, como una celebración del conocimiento.

En representación del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, la funcionaria capitalina hizo un llamado, “en estos tiempos de crisis”, a olvidar el materialismo y voltear hacia otros valores, levantar la cara al cielo y saber que somos parte de algo; así como pertenecemos a una familia, una ciudad, un país, concebir también que somos parte del cosmos. Tenemos que pelear a brazo partido para buscar cosas que nos den plenitud, más allá de lo material. Sentirnos parte, nos vuelve plenos y nos hace más felices”, afirmó.

Al respecto, Narro Robles destacó en entrevista que un país que no tiene una ciencia propia está condenado a perder soberanía. Es un país que está en riesgo en su independencia. Ojalá que quienes son responsables de la asignación de los recursos tengan en consideración que, incluso en época de crisis como la que estamos viviendo, se deben fortalecer la ciencia y la educación en México”.

Aseguró que es “estimulante que se reúna, en una plaza muy significativa para México, una enorme cantidad de gente interesada en la ciencia y el conocimiento, en un espacio que ha sido foro de actos políticos, reivindicatorios, de actividades artísticas y deportivas, pero también que puede convocar a decenas de miles de mexicanos interesados en la ciencia, por lo que es una noche muy especial donde las estrellas son realmente los ciudadanos que vienen a estar juntos y a aprender un poco”.

Desde las 17 horas, cientos de personas se dieron cita para participar en observaciones astronómicas a través de telescopios, así como en talleres, videoconferencias y pláticas con astrónomos profesionales, quienes abordaron temas como el origen de las estrellas binarias, el descubrimiento de los hoyos negros en el universo y la exploración del planeta Marte, entre otros temas.

Astrónomos profesionales, quienes respondieron preguntas sobre por qué estudiar astronomía, cómo se descubre una estrella, si hay vida en otros planetas o si será posible visitar Marte, aseguraron que el conocimiento del universo “nos atañe a todos los seres humanos como un principio básico que nos lleva a preguntarnos de dónde venimos o cómo se creó el universo”.

Con un espectáculo de música, danza, teatro guiñol, talleres y conferencias, científicos de UNAM, IPN, Universidad Iberoamericana y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, entre otras instituciones, convocaron al público asistente a “mirar al cielo, no sólo en La noche de las estrellas, sino todos los días, para no olvidar que nuestro planeta está unido al cosmos y debemos conocerlo”.

Al respecto, Orozco Orozco, también especialista en biología celular del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, adelantó que junto con la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz Gutiérrez, el ICyTDF está preparando varios actos más, como el Año de la evolución, para celebrar el 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin, “y también vamos a hacer una feria donde demos a la gente acceso a diferentes aspectos del conocimiento y de la tecnología”.

Dijo que con estas actividades, no sólo se trata de acercar a las personas al conocimiento de los astros, sino de inducir su interés en otras áreas del saber, como la salud, qué son las enfermedades y cómo prevenirlas.

Esto –agregó–, a partir de cosas que a la gente le parecen interesantes, como mirar a través de un telescopio, “porque a las personas les gusta mucho mirar al cielo; mirar el cielo es siempre adentrarse en un misterio y conocer cosas que solamente las sueña uno desde el nivel de la poesía. Al pasar de la poesía a la ciencia con la astronomía, la gente se siente muy atraída, por eso procuraremos tener más de esto, pero también ampliar los demás temas importantes”.

La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal reportó saldo blanco tras la realización de La noche de las estrellas.

A partir de las 16:00 horas de ayer, la policía del DF aplicó un operativo especial, que incluyó cortes viales en calles del primer cuadro de la ciudad. En el despliegue participaron alrededor de 250 elementos, quienes dispusieron de 28 vehículos y realizaron tareas preventivas. Las autoridades no reportaron ningún incidente.

domingo, 1 de febrero de 2009

En el año internacional de la Astronomía, Sonora se unió a las celebraciones de "La noche de las estrellas", donde el Observatorio Astronómico del Centro Ecológico de Sonora sirvió de anfitrión de niños, jóvenes y adultos interesados en conocer el cielo, sus estrellas y planetas.

EHUI.com
En el año internacional de la Astronomía, Sonora se unió a las celebraciones de "La noche de las estrellas", donde el Observatorio Astronómico del Centro Ecológico de Sonora sirvió, de anfitrión de niños, jóvenes y adultos interesados en conocer el cielo, sus estrellas y planetas.

En una noche brillante, estrelladla y un clima ideal, cientos de visitantes disfrutaron de manera gratuita de un espectáculo que incluyó la observación de nuestro satélite la Luna, de la famosa Gran Nebulosa de Orión distante cuatro mil años luz de la tierra y planetas que orbitan nuestro sistema solar.

Fernando Ávila Castro responsable de operaciones del observatorio Astronómico informó que al menos entre 800 y mil personas asistieron a esta "Noche de estrellas" lo que demuestra el creciente interés por aprender de esta ciencia.

"Este es un evento internacional, todo es gratuito, tendremos charlas, posters, bailables y es sobretodo la perspectiva para dar al ser humano lo que es nuestro universo", comentó Fernando Ávila Castro.

Durante la tarde noche se estuvieron alternando el grupo de danza del colegio de bachilleres plantel Villa de Seris con una presentación titulada del canto del mar al canto del valle donde se mostraron expresiones y bailables de grupos étnicos como los Seris, mayos, yaquis y algunas de sus costumbres.

Desde temprano se pudo observar una gran afluencia de visitantes esperando ser parte del espectáculo de ver las estrellas y planetas de nuestro sistema solar.

"Por casi 19 años hemos tenido casi ininterrumpidamente con la colaboración del área de astronomía de la Universidad de Sonora una serie de eventos, al margen de que estamos martes y miércoles con grupos escolares y miércoles y jueves con visitas en general2, explicó. Ávila Castro mencionó que este año se tendrán una serie de eventos como parte del Año Internacional de la Astronomía, entre ellos el 40 aniversario de la llegada del hombre a la Luna en julio próximo.

"Vamos a tener un ciclo de películas de la llegada del hombre a la Luna, más tarde tendremos las lunas de octubre que ha funcionado muy bien, en noviembre tendremos un altar de muertos sobre los astrónomos mas relevantes de la historia", destacó.

El año internacional de la astronomía es una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas y se ubica en los 400 años después que el matemático Galileo Galilei observara por primera vez con un telescopio satélites en la orbita de Júpiter.

Por ello durante todo el 2009 a nivel mundial, en México y en Sonora se celebrarán una serie de actividades para que los jóvenes se interesen por esta disciplina que analiza el universo como puerta de entrada al conocimiento.

"La Noche de Estrellas" es parte de un programa binacional México-Francia el cual estará en 24 escenarios de la República Mexicana, además del Centro Ecológico se pudo observar en el sitio arqueológicos de la Pintada, el cual tuvo capacidad para albergar a 500 visitantes.

01 de Febrero, 2009 - 20:22 —
SDP

Guadalajara, 1 Feb (Notimex).- Ni el frío de hasta dos grados centígrados, ni las filas de coches para llegar a Atemajac de Brizuela, disminuyeron el entusiasmo de más de seis mil personas que acudieron ayer a ver el espectáculo de La Noche de las Estrellas", convocada por diversos organismos, entre ellos la UdeG.

Lejos de la contaminación de la ciudad el cielo tiene más estrellas y a simple vista incluso pueden ser apreciados satélites, asteroides, meteoritos y estrellas fugaces, la luna fue suficiente para alcanzar a iluminar los rostros, en uno de los puntos más altos de Jalisco.

Chicos y grandes disfrutaron por igual el poder de ver claramente y de cerca constelaciones, nebulosas, planetas y demás cuerpos celestes por medio de unos 60 telescopios que fueron instalados por los organizadores y por aficionados que acudieron al lugar.

Además de observar la bóveda celeste, los interesados asistieron a conferencias, espectáculos de música y bailes autóctonos, que iniciaron una serie de actividades como parte del año de la astronomía que se celebrarán durante 2009 en el mundo.

La investigadora del Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Silvana Navarro, dijo que cientos de automóviles repletos de familias arribaron a la sede de "La Noche de las Estrellas".

Agregó que la fila se extendía por todo el camino hasta la carretera en medio de la montaña, y a las 22:00 horas de ayer, con una temperatura y frío de tres grados centígrados, muchos seguían llegando.

Académicos del IAM colaboraron en la organización del evento convocado por la Alianza Francesa y la Sociedad Astronómica de Jalisco, y asesoraron a los asistentes para identificar los planetas y estrellas, además de explicar el proceso de formación y algunas de las historias que los rodean.

Los académicos ofrecieron talleres para niños, los cuales mediante una lotería, un memorama astronómico y diversos juegos, conocieron más del universo y la vía láctea.

Correo
Por: Esaú González, Domingo, 01 de Febrero de 2009

Miles de astrónomos profesionales y aficionados llegaron hasta la zona arqueológica para ser parte de los festejos por el año de la astronomía

Pénjamo

EN HOMENAJE

Plazuelas figuraba como uno de los 20 sitios arqueológicos destinados a celebrar el año en que Galileo Galilei en 1609, le había dado forma a la astronomía, ciencia con la que estudiaba las formas de vida ancestrales que regían en el mundo. En la parte alta y a la entrada de Plazuelas, algunos de los voluntarios estaban regalando planisferios celestes con sus estrellas y constelaciones de acuerdo a cada época del año.

Miles de astrónomos profesionales y aficionados llegaron a la zona arqueológica de Plazuelas en Pénjamo para admirar el cielo con sus constelaciones y astros.

Desde muy temprana hora, San Juan Plazuelas, se tornó azul, blanco, rojo y principalmente un color tan tenue que era el ideal para poder admirar parte de los iconos que han inmortalizado al cielo desde la época griega y venusina.

Los campos que generalmente se usan como lugares de cultivo, cambiaron su tenor como sitios de estacionamiento, mientras que las viviendas formaron un cúmulo de pequeños restaurantes de comida mexicana, incluso en algunas casas se vendían piedras talladas con figuras prehispánicas.

Una gran fila de hombres, mujeres, niños y personas de la tercera edad, abarcaban la avenida principal que fue tapada a la circulación de vehículos, pues el ambiente recordaba el tiempo en que los otomíes o mayas subían a la parte alta de su observatorio, es decir Plazuelas.

MENSAJE ABSTRACTO

En el suelo, cientos de personas recostadas miraban como el cielo había formado tan grandes maravillas que, todavía son difíciles de descifrar.

NO SÓLO DE ASTROS
Durante “La Noche de las Estrellas”, se ofrecieron charlas por especialistas en astronomía y se dió lectura a relatos relacionados con la ciencia.

Plazuelas figuraba como uno de los 20 sitios arqueológicos destinados a celebrar el año en que Galileo Galilei en 1609, le había dado forma a la astronomía, ciencia con la que estudiaba las formas de vida ancestrales que regían en el mundo.

En la parte alta y a la entrada de Plazuelas, algunos de los voluntarios estaban regalando planisferios celestes, con sus estrellas y constelaciones de acuerdo con cada época del año.

En el suelo, cientos de personas estaban recostadas viendo como el cielo había formado tan grandes maravillas que a miles de años que se formaron, todavía ha sido difíciles de descifrar o al menos de entender.

"Mira mamá el cinturón de Orión" decía una niña a su madre para explicarle que al menos una parte de lo que había aprendido en la escuela, lo estaba ocupando en la "Noche de Estrellas", pues había logrado identificar a tres estrellas juntas que regularmente se les conoce como "los reyes magos".

El ambiente era el propicio, el cielo estaba despejado, no hacía tanto frío, el viento casi era imperceptible y en la explanada de Plazuelas un lugar que en su tiempo pudo haber sido un observatorio según los arqueólogos, su imagen evocada la vista al cielo.

UN ASTRÓNOMO DE ALTURA

Para Cesar A. Caretta, miembro del Departamento de Astronomía de la Universidad de Guanajuato, los problemas sociales y las fronteras se rompen con la inmensidad de todo el Universo.

El astrónomo originario de Brasil relató que desde niño estaba interesado en conocer que había en el cielo, en descubrir por que se habían formado las constelaciones y en general romper con los cánones de la humanidad con la astronomía.

Su preocupación en esta noche de Estrellas es que la población apreciará que la tierra no sólo basta, que se pueden romper barreras que son difíciles de alcanzar.

LO DISFRUTAN EN FAMILIA

La familia del señor Carlos Aguayo, es una aficionada de corazón a la astrología y a sus principios, pues desde hace años que se han puesto a observar el cielo con un pequeño telecopio que adquirieron "por el interés de ver hacía arriba".

El hombre originario de Pénjamo, comentó que por las tardes sale con su hija a caminar y observar las estrellas por que señaló que desconoce como se llaman aquellos conjuntos de astros que forman las constelaciones.

"Llevó a mis hijos todos los días a ver hacía arriba el cielo; no conozco constelaciones, solamente me llama la atención el cielo, pienso que sólo somos una parte muy pequeña del universo, la mente no alcanza a comprenderlo" puntualizó el penjamense.

"Tengo 20 años que empecé a estudiar; hace más de treinta que quería ser astrónomo y desde niño me imaginaba cosas, en mi meta pasaban muchas cosas; no me basta la tierra simplemente las peleas de la gente, las fronteras quería el Universo, desde niño busque literatura de las estrellas y hasta que llegue a ser profesional tome un telescopio en mis manos", mencionó uno de los encargados del evento.

AMBIENTE IDEAL
El ambiente era el propicio, el cielo estaba despejado, no hacía tanto frío, el viento casi era imperceptible y en la explanada de Plazuelas un lugar que en su tiempo pudo haber sido un observatorio según los arqueólogos.

LO QUE SE VIO

Al evento asistieron alrededor de 5 mil personas.

Se instalaron 12 telescopios de diversos tamaños dirigidos en diferentes posiciones.

En la noche de estrellas se pudo observar a Venus, la Nebulosa de Orión, Hidra, Pollux, Procyon, Sirio, Alphard, Regulus y Capella, Tauro Cochero, Gemínis entre otros.

Hubo doce especialistas, maestros y estudiantes de astronomía del Departamento de Astronomía de la Universidad de Guanajuato.

Se formaron grupos guiados para observar el cielo, los cuales fueron recostados en el suelo con planisferios celestes que fueron entregados de forma gratuita por personal del INAH.

Las estrellas acudieron puntuales a la cita y se convirtieron en el más grande espectáculo de la noche.

El Informador
E. PACHECO

* Noche de estrellas en Atemajac

Los mares de la luna, los anillos de Saturno, las galaxias y más se pudo apreciar en La Noche de las Estrellas

GUADALAJARA, JALISCO.- Envueltos en el cielo perforado por estelas plateadas, más de cinco mil personas quedaron frías con La Noche de las Estrellas. Frías por los aires de bajas temperaturas del bosque. Y fríos por explorar los mares de la luna o los anillos de Saturno a través de aproximadamente 40 telescopios de aficionados e investigadores que asistieron al predio La Loma (Atemajac de Brizuela, Jalisco), quienes le "bajaron las estrellas" a los visitantes. -actividad realizada en todo el país, el sábado 31, de 19:00 horas en adelante-.

Con cobijas cuadradas y ropas robustas para defender las pieles del clima nocturno, los ansiosos por esculcar el cosmos esperaron hasta dos horas para realizar el tour, pues recibieron a casi el triple de personas que esperaban los académicos del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara y del Grupo Orión, en esta Noche de las Estrellas, realizada en todo el país simultáneamente para arrancar el Año Internacional de la Astronomía, que festeja el 400 aniversario de que Galileo Galileo apuntó por primera vez al cielo con un telescopio y el 70 aniversario del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

La primera estación: La luna -"se derrite como el queso, gritaban que la veían". Ahí inició el recorrido para la observación sideral a simple vista, que más adelante -a través de los telescopios- asomaba los cráteres, los mares que son "como desiertos" y los volcanes, "que se ven como montañas", explicó Bernardino, uno de los guías aficionados a los astros.

Antes de que la luz de la luna se disolviera, Bernardino comentó que ésta se encontraba en su fase creciente, "fácil de identificar porque se le ponen los cuernos para arriba. Cuando los cuernos están para abajo, es luna menguante…, los cuernos así (pone su mano sobre su cabeza) son otra cosa, eh!!!".

El recorrido continuó con las siete hermanas o siete cabrillas, que es un cúmulo abierto, "es una estrella roja, no es Marte". De ahí hacia una "V" de estrellas, que forman un cuerno, un puño y hasta delinear a Tauro. "Ahhhhhhhhh", gritaban los niños.

Más hacia la izquierda, los Reyes Magos o la Constelación de Orión, que son estrellas muy grandes. "Ahí está el cinturón, la espada que, cuando la vean en telescopio, verán que no es una nube, es una nebulosa -estrella que hace millones de años explotó y en la que todavía hay adentro estrellas-", contaba Bernardino.

Las miradas seguían en forma circular hasta llegar a la galaxia de Andrómeda -atractiva por su luminosidad, las estrellas que están dentro en formación y las zonas de contraste, obscuras y brillantes-, los aros de Saturno, la estrella polar, la luz de los astros en sus diferentes colores, la Constelación del Can Mayor, la Osa Mayor y la Osa Menor, para terminar de telescopio en telescopio observando cada objeto en particular.

Paralelamente hubo talleres del calendario maya, espectáculos musicales prehispánicos, proyecciones audiovisuales y talleres de astrofotografía. Durante toda la noche hubo flujo de personas, quienes aguantaron tranquilamente lo helado de la noche con tal de observar, probablemente por primera vez, lo "diminuto del ser humano" ante la caja celeste.

Noche de Estrellas

La Crónica
Isaac Torres Cruz y Verenise Sánchez

Miles de personas respondieron a la convocatoria para celebrar en el Zócalo el inicio de los festejos del Año Internacional de la Astronomía en el país. “Esta es una noche especial porque pudimos tomar un foro muy importante para los mexicanos”, refirió J

Alrededor de 30 mil personas se reunieron la noche de ayer en el Zócalo de la ciudad para celebrar el inicio de los festejos del Año Internacional de la Astronomía en el país.

La Noche de Estrellas, evento realizado de forma simultánea en otras 22 sedes arqueológicas e históricas del país, trajo consigo centenares de personas en el centro de la capital, entre familias, estudiantes y adultos mayores, entre otros, ávidas de cielo y de conocimiento, y que tuvieron la oportunidad de observar por primera vez un cielo nocturno a través de un telescopio, como lo hiciera Galileo Galilei hace 400 años.

"Esta es una noche especial porque pudimos tomar un foro muy importante para los mexicanos, donde se han llevado a cabo eventos de carácter político y artísticos, para celebrar a las estrellas", refirió José Narro Robles, rector de la UNAM durante la ceremonia inaugural.

Así como el universitario, el director del IPN, José Enrique Villa Rivera, destacó la coordinación de todos los actores involucrados en la Noche, entre instituciones académicas y de gobierno.

"Unidos somos más fuertes y este esfuerzo es nuestro granito de arena para que en el país avancemos en la aplicación del conocimiento que, generado en las aulas, es en beneficio para todo el país", dijo.

Por su parte, Esther Orozco, directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del D.F., dijo que la gran asistencia a dicha celebración demuestra el amor de los mexicanos por el conocimiento, en una oportunidad para desechar el individualismo que permea actualmente a la sociedad.

"En estos tiempos de crisis debemos mirar hacia otros valores, saber que formamos parte de algo: de una familia, de una ciudad, de una nación y del cosmos", añadió.

La funcionaria expuso además que la Noche de Estrellas se llevará a cabo cada año en conjunto con las instituciones participantes, UNAM, IPN, INAH, INAOE, entre otros, con el objetivo de celebrar el conocimiento.

José Franco, director del Instituto de Astronomía de la UNAM, señaló en su intervención que desde Ensenada hasta Mérida "nos unimos miles de mexicanos para hermanarnos y acercarnos un poco más al cielo en esta gran festividad".

CIELO EN TIERRA. La fiesta de las estrellas se dividió, de acuerdo con sus organizadores, en la observación del cielo a simple vista, con binoculares o telescopios, además de las actividades relacionadas a la astronomía: talleres, exposiciones, conferencias, entre otros.

Las observaciones en la plancha del Zócalo, y en los otros emplazamientos del país, como Monte Albán, Xochicalco, Cholula, por mencionar algunos, estuvieron planeadas para mirar la constelación de Orión, las Pléyades y la Luna, aunque un archipiélago de nubes impidió realizar la actividad de forma diáfana; no obstante las filas para acceder a uno de los tres puntos de observación con telescopio parecían no tener fin y se perdía entre la masa de gente.

Los asistentes a la plancha del Zócalo no se inmutaron, puesto que, bien advirtieron sus organizadores anteriormente, "bajarían las estrellas". No hubo carpa de exposición o taller que dejara de desbordar gente; las filas para acceder al planetario inflable o para obtener su planisferio celeste serpenteaban hasta su remoto inicio.

El acercamiento de la gente con astrónomos mexicanos fue también un acto de fraternidad por la ciencia, ya algunos explicaban la infinidad del universo, ya otros firmaban autógrafos y eran motivo de flashes o clicks de celular para obtener la foto del recuerdo.

En tanto, el grupo de teatro La Biznaga desfiló por el asfalto de las calles de Tacuba hasta llegar a la Plaza de la República, contando cuentos en un performance de dimensiones y atuendos estelares. Zancos y antifaces deambulaban con sus estrellas colgantes.

Galileo de guiñol defendió sus observaciones ante su auditorio infantil, mientras las grandes pantallas presentaban la ciencia y estética del universo, cortesía de Tv UNAM, su historia de 13 mil millones de años contada por el astrónomo Luis Aguilar.

Muchos buscaron las estrellas entre los nubarrones incómodos, pero muchos más las encontraron en tierra; el cosmos es demasiado basto como para celebrarlo con simplicidad.

Si bien no pudo observarse a Aldebarán, a Castor o la refulgente Sirio, el cielo en tierra tuvo gran aceptación. Pero los objetos celestes tendrían más de una ubicación, refirió el rector de la UNAM.

"Los ciudadanos, los hijos, las familias, ellos son también las estrellas", dijo.

LA PRIMERA OBSERVADORA

"Hasta parece que puedo agarrar la Luna..."

Sandra, la primera en observar el cielo por uno de los telescopios dijo: "es impresionante cómo se ve la Luna, hasta parece que la puedo agarrar con mi mano. Valió la pena las tres horas y media de espera".

Así empezó la fiesta de la Noche de Estrellas en el Zócalo. Ahí donde llegaron miles para disfrutar el cielo, la música, teatro, danza, cine y video que explicaban lo que está en la bóveda celeste.

Mediante 50 telescopios que la UNAM y el IPN colocaron, los capitalinos, en un turno de 15 segundos en un telescopio, miraron el cielo y sus maravillas.

Desde las cinco de la tarde iniciaron las actividades: conferencias, exposiciones, talleres didácticos y un planetario digital, donde astrónomos como Julieta Fierro explicaban lo que hay allá arriba.

— Vengan a jugar con las estrellas..., todos tenemos la capacidad de ser astrónomos— gritaba Fierro.

Una niña de aproximadamente siete años le preguntó: —¿Los astrónomos ganan bien?

—¡Claro! — respondió. —Esta es una disciplina donde las mujeres podemos trabajar de noche sin que sea mal visto —

Es importante que la gente conozca la función y aplicación de los cuerpos celestes en la vida cotidiana, además de ser unos excelentes inspiradores de obras poéticas, señaló Rafael Costero, investigador del Observatorio Astronómico Nacional mientras le platicaba a la gente la vida, obra y trascendencia de personajes como Guillermo Haro y Luis Enrique Erro, entre otros astrónomos.

El cielo nublado amenazó con impedir la visibilidad de los cuerpos celestes, no obstante, más gente llegaba a ver las estrellas y disfrutar de la música prehispánica de Jorge Reyes o el son jarocho del grupo Cojolotes.

En el marco del Año Internacional de la Astronomía se realiza la Noche de las Estrellas.

El Informador

NTX
* Este 2009 es el Año Internacional de la Astronomía

Fue en 1609 cuando este científico apuntó por primera vez al cielo con un telescopio y se convirtió en el padre de la astronomía moderna

CIUDAD DE MÉXICO.- Miles de mexicanos pasaron la noche de este sábado con la vista puesta en el cielo para observar las estrellas y celebrar que este 2009 es el Año Internacional de la Astronomía, el cual conmemora que se cumplen 400 años desde Galileo Galilei lo hiciera por vez primera con un telescopio.

Fue en 1609 cuando este científico apuntó por primera vez al cielo con un telescopio y se convirtió en el padre de la astronomía moderna, motivo por el cual la UNESCO declaró este 2009 como el Año Internacional de esta ciencia.

En más de catorce sitios arqueológicos repartidos por todo el país, así como en el Zócalo de ciudad de México y otras nueve plazas principales de distintas localidades como Puebla, miles de mexicanos se dieron cita para repetir la hazaña con telescopios o sin ellos.

Astrónomos aficionados y profesionales, así como simples curiosos, se congregaron para escuchar conferencias sobre arqueoastronomía y narración de leyendas y mitos, en las horas previas a la observación en las antiguas ciudades mesoamericanas.

La llamada "Noche de las estrellas 2009. El cielo de nuestros antepasados", se celebró en los sitios arqueológicos de Boca de Potrerillos, en Nuevo León; Xochicalco, en Morelos; Calixtlahuaca, en el Estado de México; Cholula, en Puebla; Dzibichaltún, en Yucatán; y Edzná, en Campeche.

También en El Cerrito, en Querétaro; La Pintada, en Sonora; Monte Albán, en Oaxaca; Plazuelas, en Guanajuato; Teotihuacan, en el Estado de México; Tzintzuntzan, en Michoacán; Xochitécatl, en Tlaxcala; y La Quemada, en Zacatecas.

En El Vallecito, en Baja California, la actividad se llevará a cabo posteriormente debido a las bajas temperaturas del lugar.

Desde las 19.00 hora local (01.00 horas GMT del domingo) hasta cerca de la medianoche, aquellos que acudieron fueron asesorados por astrónomos aficionados y profesionales, quienes, con la ayuda de luces láser verdes especiales para apuntar hacia la bóveda celeste, mostraron estrellas principales y describieron las constelaciones visibles durante ésta época del año.

El pasado 22 de noviembre se llevó a cabo un ensayo en el sitio de Xochicalco donde se congregaron más de 3.000 personas entre astrónomos, arqueólogos, actores y público aficionado.

La fiesta hermanó a México y Francia, país que lleva realizando este tipo de eventos nocturnos desde 1991 y que colaboró activamente en la preparación de esta noche en México.

En el Zócalo capitalino a su vez se instalaron medio centenar de telescopios para los ciudadanos que se acercaron, quienes pudieron disfrutar también de la inauguración con espectáculos escénicos de música, danza, teatro y cuentacuentos.

Se dispusieron 40 carpas con actividades para niños y adultos, y expertos dieron conferencias sobre astronomía.

 

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